Día Internacional de las Mujeres Rurales (15 de octubre)
LEMA 2025: Ni invisibles ni secundarias: esenciales.
Somos las que madrugamos para abrir la persiana del pequeño comercio, las que subimos al tractor y a la vez sostenemos cuidados, las que esperamos un autobús que no llega y una cita médica a 40 km. Somos agricultoras, ganaderas, temporeras, cuidadoras, maestras, sanitarias, emprendedoras, jóvenes que quieren quedarse y mayores que nunca se fueron. Somos esenciales para que cada pedanía siga viva.
No pedimos homenajes: pedimos servicios que lleguen y derechos que se noten en la vida diaria. Que la igualdad no dependa del código postal ni de cuántas veces pasa el bus.
Lo que vivimos
- Cuando el transporte falla, el empleo y la salud se ponen cuesta arriba.
- Cuando no hay fibra ni cobertura, estudiar, trabajar o emprender es casi imposible.
- Cuando los cuidados recaen solo en nosotras, la autonomía se rompe.
- Cuando la violencia machista aparece, el silencio no puede ser la única respuesta.
Lo que exigimos (14 medidas concretas)
- Transporte público digno y a demanda, con frecuencias reales entre pedanías y cabecera de comarca, y rutas seguras también por la tarde/noche.
- Conectividad 100%: fibra y cobertura móvil en todas las zonas rurales, con tarifas asequibles y formación práctica.
- Red de cuidados que permita trabajar y estudiar: escuelas 0–3, servicio de respiro familiar, ayuda a domicilio reforzada y centros de día itinerantes.
- Salud y salud mental cercanas: psicología comunitaria, salud sexual y reproductiva, cribados móviles y atención postviolencia sin desplazamientos interminables.
- Puntos Violeta permanentes y protocolos adaptados al medio rural, con transporte seguro ante situaciones de riesgo.
- Empleo y emprendimiento con rostro de mujer: microcréditos, asesoramiento personalizado y cláusulas de igualdad en la contratación pública local.
- Titularidad compartida real en explotaciones, acceso a tierra y agua en igualdad y cotizaciones justas.
- Vivienda y arraigo: alquiler asequible, ayudas a rehabilitación y vivienda para profesionales esenciales (sanidad, educación, servicios sociales) en los pueblos.
- Juventud y educación: rutas escolares seguras, oferta de FP conectada a la economía local (verde, social, digital) y ocio saludable con perspectiva de género.
- Derechos de mujeres migrantes y temporeras: contratación digna, alojamiento adecuado, intérpretes, inspección laboral efectiva y acceso real a salud y protección.
- Liderazgo y representación: al menos 40% de mujeres en cooperativas, juntas de regantes, consejos agrarios y órganos de participación rural.
- Transición ecológica justa con empleo femenino: apoyo a agroecología, prevención de incendios y economía de cuidados como motor de empleo en pedanías.
- Cultura y deporte que lleguen: programación estable en pedanías, espacios seguros y horarios conciliables.
- Datos que cuentan la verdad: indicadores anuales por sexo y ruralidad (servicios, empleo, violencia, salud y digitalización) para orientar políticas y presupuestos.
Nuestro compromiso
Seguiremos tejiendo redes entre asociaciones, cooperativas, centros educativos y sanitarios. Nos encontrarán organizadas y con propuestas viables. Porque cuando un servicio llega a una pedanía, cambia la vida de una mujer y, con ella, la de todo el pueblo.
Llamamiento
A las administraciones, empresas y medios: mirad hacia las pedanías. Escuchad nuestras voces. Sumad recursos, no excusas. Ni invisibles ni secundarias: esenciales.