Conocida como “Soledad la de los Platos”, nació en el barrio de San Cristóbal. Tenía una tienda de loza y cerámica, se trasladó a la calle Nogalte y después a Alfonso X. Fue una mujer emprendedora, luchadora y generosa que supo iniciar negocios en tiempos difíciles. Tras mucho esfuerzo prosperó en todo lo que se propuso dejando un gran legado que han continuado sus descendientes.