Conocida como Isabel la de las olivas y después como Isabel la del oro, nació en 1929 en el seno de una familia pobre en la Diputación de Torrecilla, la tercera del seis hermanos.

A los ocho años debido a una inyección mal puesta cayó en coma 14 meses. Logró salir de ello, pero quedó minusválida, con una pérdida de cadera de 12 centímetros, que le ocasionó una cojera bastante acentuada y un complejo que le duró toda la vida.

Fue una mujer que partiendo de la nada llegó a crear un próspero negocio cuando apenas sabía escribir. Aprendió sola, lo justo para defenderse y que nadie la engañara.

Empezó el mundo del comercio de salazones siendo muy joven. Se estableció en la Plaza. Los que la conocían decían que todo lo que tocaba prosperaba, sin embargo, aparte de sus éxitos en el trabajo, tuvo una vida corta y llena de percances que le impidieron llevar una vida común como ella hubiera deseado. Desde los diez años trabajo, lavó ropa en la sierra, amasó pan, segó, trilló, cuidó de sus cinco hermanos, incluido uno que sufría ataques epilépticos.

A los 18 años, en 1947, entró a trabajar en la Venta del Gitano, donde la pusieron a cargo de una casa, una tienda y dos niños pequeños que se acababan de quedar sin madre, ganando 200 pesetas a la semana.

A los 20 años fue a pasar una semana a Barcelona con un hermano y se quedó allí cinco años trabajando 14 horas diarias a destajo en una fábrica del Timbre y los fines de semana limpiando casas hasta que sacó a su familia de la miseria. En Barcelona conoció al que sería su esposo.

Cuando regresó a Lorca puso una garita en la Plaza donde vendía salazones y las olivas que ella misma recogía, hacía mercados en águilas donde vendía charcutería que ella preparaba. Después se casó y se fue e vivir a la calle Jimeno y tuvo dos hijos.

Durante 15 años fue vendedora ambulante con su maletín de joyas, recorrió todos los pueblos, pedanías, aldeas y los rincones más desconocidos, hasta que decidió montar cuatro joyerías en distintos sitios de Lorca, y al final compró una casa en la Corredera donde instaló «Mari Joyas y Diseño» para su hija Mari.

Finalmente falleció en 9 de junio de 1997,