Mujer creativa y de gran sensibilidad para el arte y la puesta en escena, hizo la carrera de piano y desde muy joven participó en representaciones teatrales de aficionados. Fue el alma de la Rondalla de Coros y Danzas en los primeros años de gestación y a ella se deben muchas de las letras y adaptaciones musicales de las parrandas y jotas.
Su participación en El gran teatro del mundo de Calderón de la Barca, representando a la Discreción, fue memorable por su buen hacer lleno de sensibilidad y emoción.
Tanto fue su éxito que don Antonio Vallejo, director de los Autos Sacramentales , la eligió para representar el papel de La cordera de Dios en la obra de Lope de Vega, Pastor lobo y Cabaña celestial celestial, representada también la víspera del Corpus ante la fachada del Ayuntamiento.
En 1957 cuando se representó por segunda vez Cesación de Rafael Sánchez Campoy en el teatro Guerra, Rosario bordó el papel de Octavia. La obra se representó en Águilas, Caravaca y otras localidades de la Región. Fue protagonista también en Los ladrones somos gente honrada de Jardiel Poncela y en La señorita Polilla.