No nació en Lorca, pero llegó tan pequeña que aquí fue al colegio de San Francisco, aquí se educó, jugó, se enamoró y manifetó sus aptitudes para la representación y sus dotes de actriz.
Nació en Tetuán en 1931, su padre era policía y fue destinado a Lorca.En el colegio, observaba como bailaban sevillanas y se quedaba embobada con las representaciones de comedia que organizaban las mojas.
Cuando se representó «El gran teatro del mundo» de Calderón de la barca, Margarita representó la Belleza. Estuvo espléndida y entusiasmó a los lorquinos por su forma de decir el verso y de moverse en escena.
Quiso ser actriz y la familia se llevó un disgusto cuando lo dijo. Sus padres trataron de hacerle ver inútilmente lo peligroso del mundo del arte y del teatro. En Madrid entró como diseñadora en «La moda de España» tanto así que sus dibujos entusiasmaron al director de la revista y en ella encontró trabajo.
Más tardes, un grupo de jovenes estudiantes la puso en contacto con el Teatrol Español Universitario y con el directo Miguel Narros, con el que iniciaria una larga relación de trabajo representando obras de la literatura universal como: Faulkner, Anouill, Lope de Vega, Chejov…
Magarita, también trabajó en el teatro Nacional con otros directores como: Tamayo, Vegel.. Con Luís Bunuel, realizó el papel de «Ramona» en la película Viridiana, con el que consiguió la Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Después se sucedieron películas y directores como: Rissi, Passolini…
Con el traslado de su marido a Madagascar, Margarita tuvo que decir adiós de momento al mundo del teatro.
También vivió en Senegal y Marruecos. Cuando volvió a Italia, alternó su trabajo con visitas a Lorca, hasta la muerte de su marido, donde situó su lugar de residencia en Puntas de Calnegre. Pero volvió poco después a la escena.
Tras varias actuaciones en los escenarios de Madrid, vuelve a la tranquilidad junto al mar y la naturaleza. Su vida transcurre entre Puntas y su villa de Bagnaia (Viterbo) Italia.